Debido a los altos índices de obesidad en nuestro país, el sistema de salud ha realizado muchos esfuerzos con la finalidad de tratar dicha enfermedad. Se estima que el porcentaje de la población con sobrepeso y obesidad oscila aproximadamente al 70 %, una cifra alarmante, de este porcentaje , cerca de la mitad presenta obesidad mórbida.

Los riesgos a la salud de tener el diagnóstico son muy considerables, esto es porque la obesidad es una enfermedad sistémica, esto significa que todos los sistemas corporales se encuentran afectados, esto es a grandes rasgos, que todos los órganos presentan las secuelas de la obesidad.

La Verdadera Enfermedad Silenciosa.

En realidad la obesidad es la Verdadera enfermedad silenciosa, ya que los síntomas que presentan son muy sutiles, sin embargo el impacto a mediano y largo plazo es muy evidente. Las principales enfermedades metabólicas, cardiovasculares y cáncer (por citar algunas) están directamente ligadas a la obesidad, y esto convierte a la obesidad en un serio problema de salud, ya que debido a su característica de ausencia de síntomas, el paciente busca atención médica inicialmente solo para la enfermedad agregada, como la diabetes, hipertensión, colesterol elevado, etcétera. Y no es hasta que el problema secundario se torna difícil de tratar, que el paciente empieza a buscar alguna opción de manejo.

Aceptar la enfermedad.

Por duro que parezca, lo mas importante en los pacientes con obesidad, es darse cuenta de que padecen esa enfermedad, ya que si el paciente sabe que hay un problema que se puede resolver, lo hará de una manera eficiente.  Con el término de “Aceptar” no me refiero a bajar la guardia, conformarse y darse por vencido. Nada de eso,  me refiero a intelectualizar la enfermedad, para encontrar una salida eficiente a ella. Como nuestra sociedad se ha volcado al sistema de consumo, los medios de comunicación masiva se han dedicado a bombardearnos de propaganda y anuncios de comida rápida, y esto fomenta la aceptación de una alimentación sin balance, alta en grasas y en carbohidratos.

Si una persona sabe que presenta una enfermedad que se ve afectada por este tipo de alimentos, conscientemente tratará de encontrar la manera de corregir el problema y comenzará a consumir alimentos sanos.

La dieta y el ejercicio siempre ayudan.

Siempre nos preguntan si la persona con obesidad puede hacer dieta y ejercicio, y la respuesta es obvia. Claro que se puede. A pesar de que el paciente con obesidad mórbida no vea muchos cambios externos al empezar una dieta sana y ejercicio rutinario, los beneficios internos del ejercicio son innumerables, ya que el sistema cardiovascular empieza a funcionar mas adecuadamente, a secretar endorfinas para modular el tono de las arterias y bajar un poco la presión arterial, se mejoran los hábitos del sueño, mejoran los episodios de ronquido, inclusive mejora la resistencia de la insulina a los tejidos periféricos. La dieta también ayuda. Los hábitos intestinales mejoran mucho incluso con una semana de dieta balanceada, ya que mejora el estreñimiento, disminuye la gastritis, aumenta el metabolismo, disminuye el edema postural, mejora el estado emocional.

Hay que tener en cuenta que lo ideal es que una rutina de ejercicio debe ser guiada por un experto en el deporte, así como la dieta debe ser hecha a la medida de cada persona y prescrita por una persona con profesional de la nutrición.

Entonces, ¿quien es candidato a una cirugía bariátrica?

Las personas que son candidatas a una cirugía para control de obesidad son aquellas que presentan obesidad mórbida, o sea, quienes tengan un índice de masa corporal mayor de 40 (se saca con la división de peso / estatura al cuadrado) , o que presenten obesidad y alguna enfermedad metabólica asociada (las más frecuentes son diabetes tipo 2, dislipidemia o hipertensión arterial).

Otra pregunta que a menudo nos realizan es simplemente cuantos kilos en exceso debe de tener un candidato a una cirugía bariátrica, y la respuesta es aproximadamente 40 kg de exceso de peso.

Control de la diabetes.

Este punto es importante, ya que el control de esta enfermedad o de los niveles de glucosa en sangre (lo normal el menos de 100 mg/dl) tienden a normalizarse cuando la persona presenta un peso ideal o cercano al ideal. Inclusive en la práctica profesional, hemos visto controles adecuados de glicemia desde la primer semana de haberse realizado una cirugía de control de obesidad. Esto siempre va a depender de la reserva de insulina del páncreas, es decir, de la viabilidad del tejido del páncreas (personas con diabetes tipo 2 de reciente diagnóstico tienen buena reserva pancreática).

Control de otras enfermedades con la pérdida de peso.

Si, es muy factible cuando la persona llega a su peso ideal.

Por ejemplo en el caso de la hipertensión arterial algunos artículos hablan de un control poco más del 50%, esto significa un control adecuado de cifras de presión arterial, al punto de no necesitar algún medicamento. Lo mismo sucede con los dolores articulares los cuales mejoran de manera importante, a causa de que las articulaciones ya no tienen que soportar tanto peso, lo cual hace más efectivo su funcionar. En cuanto a los lípidos o grasas elevadas en sangre, mejoran muchas veces, esto porque la respuesta inflamatoria de los tejidos hacia la obesidad disminuye. Los intestinos empiezan a insaturarse del exceso de grasa en su raíz, y esto fomenta que no mande tantos remanentes de grasa al hígado, lo cual favorece su disminución de saturación, mejorando la esteatosis previa. Hablando de ovario poliquístico, la mejoría es considerable. Los ciclos menstruales se vuelven regulares y ovulatorios, lo cual aumenta la fertilidad. Muchas otras enfermedades asociadas a la obesidad también mejoran drásticamente.

En resumen , si presentas obesidad, hay que ponerse manos a la obra. Afortunadamente es un trastorno que puede controlarse muy eficazmente en manos de un experto. Si presentas ese diagnóstico, deseo que lo puedas solucionar eficazmente.  

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